¿Cómo hacer para dejar de humillar al alma?
Porque un día, alma mía, dejé de creer en tí y te dejé tirada
Porque un día, alma mía, dejé de creer en tí y te dejé tirada
en una acera para caminar como un cuerpo hueco,
con la superfície extendida, quemando margaritas a mis pies.
Y ya no la pude encontrar más, se fué con otro cuerpo, pero me dejó
ilusiones de caramelo, de esos pequeñitos que pronto se acaban.
Por humillarte, alma mía, pago el precio del autodesprecio, y sigo
viva sin saber morir, pero viviendo sin ningún querer....
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