sábado, 5 de septiembre de 2009

Delmira Agustini


He descubierto un gran tesoro, la inefable belleza de la melancolía y el erotismo, una mezcla
maldita y extraña, aun más en un mundo donde los géneros mediáticos, bajo el nombre de "necesidad", nos hipnostizan cogiendonos por el punto más débil del ser humano, la libido.

Delmira Agustini, tan uruguaya como yo, o yo tanto cuanto ella.

Me encantaron sus poesías, llevan ya casi un siglo de existencia, pero siguen siendo actuales y originales.
A lo mejor hoy la mujer no se ve objetivamente encarcelada en essa torre de marfil que nos oculta del placer explícito, pero nos han encarcelado en ideas más abstractas, cómo la que nos exige perfección en todo, carrera, pareja, maternidad, cuerpo, dulzura, erotismo... Una cadena maldita de imperfectas perfecciones que acaban por desmoronarse en charcos de sangre y bulimia, la lava de la frustración que nos ha dejado el sello de lo "ideal".
Como nunca se llega a eso, nunca gozas tu ser pleno.

Pendientes de las ramas de lo imaginario e ilusorio, somos las marionetas del sarcasmo que llenan los bolsillos de empresarios furibundos.

Delmira Agustini, el grito de tantas hembras hundidas en las telarañas de la tediosa supervivencia, el clamor hacia la lujuria sin pecado, la clara y limpia seguridad que alcanza el alto de la columna de una sensualidad sin miedo a reproches o burla..

Gracias, alma blanca tan llena de escrupulosos pecados... Delmira.

No hay comentarios:

Archivo del blog

Buscar este blog

Seguidores

Etiquetas