sábado, 6 de junio de 2009

El deseo

...dejo a mi segunda mujer
mis brazos y mis piernas,
en recuerdo de que con
unos y con otros la abarqué y la ceñí,
la incorporé a mi territorio,
la gocé y logré que me gozara...
...la garantía de saberla dormida a mi lado,
...un sueño erótico
y su verdad desnuda,
...una bofetada femenina, injusta y perfumada...
Benedetti

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